Las piscinas residenciales no tienen salvavidas. Es responsabilidad de los dueños tener las precauciones de seguridad necesaria para que sus usuarios disfruten del baño con completa tranquilidad. Nuestras 3 principales sugerencias son:
LA SUPERVISION DE UN ADULTO TODO EL TIEMPO
La vigilancia de los padres es vital para evitar accidentes. Nunca se debe permitir que los menores se bañen en la piscina sin supervisión de un adulto. Este adulto debe estar atento a ellos en todo momento. Aunque los niños usen elementos que le ayudan a mantenerse a flote, como flotadores o chalecos, el empleo de estos flotadores debe estar controlado siempre, puesto que la caída del mismo o una vuelta puede tener consecuencias peligrosas.
ACCESO RESTRINGIDO A LA ZONA DE LA PISCINA CUANDO NO ESTA EN USO
Pero ¿qué sucede cuando no estamos en la piscina? ¿Cómo hacer que esta sea también segura cuando no estamos disfrutando de ella? Carreras por el espacio próximo a la piscina, resbalones, accesos sin protección al área de baño… Los niños, y los no tan niños, pueden entrar en el espacio durante momentos de juego. Incluso los adultos pueden resbalar y caerse al agua. Para evitar este tipo de accidentes en nuestra piscina podemos instalar unos elementos básicos que eviten este tipo de accidentes.
Uno de ellos son las cercas. Rodear la piscina con una valla es imprescindible para impedir que cualquier persona acceda sin permiso y sin supervisión a la piscina, sobre todo en el caso de los niños. Rodear la instalación con una valla es posiblemente la opción más elegida por la mayoría. Por ello, en el mercado podemos encontrar vallas de distintos materiales para que podamos elegir la más adecuada a nuestro espacio. En cuanto a la altura, debemos ser previsores y elegir una altura que no pueda ser rebasada por los pequeños de la casa.
ALARMAS DE SEGURIDAD
Por último también podemos instalar alarmas de seguridad que nos alertan si alguien ha accedido a la piscina. Las mas comunes tienen sensores de ondas, que detectan cualquier movimiento que hace el agua como consecuencia de la inmersión de alguien o algo en la piscina.
Por medio de estos sistemas de seguridad podremos proteger nuestra piscina y evitaremos de este modo que puedan producirse accidentes de consecuencias desagradables.